martes, 8 de octubre de 2013

El Optimismo

Significa tener una fuerte expectativa de que en general las cosas irán bien a pesar de los contratiempos. Si hablamos desde el punto de vista de la inteligencia emocional, el optimismo es una actitud que impide caer en la apatía, la desesperación o la depresión frente a las adversidades.

El optimismo es la energía que nos ayuda a encarar las dificultades con buen ánimo y perseverancia, descubriendo lo positivo que tienen las personas y las circunstancias, confiando en  nuestras capacidades y posibilidades junto con la ayuda que podemos recibir.

La principal diferencia que existe entre una actitud optimista y su contraria, el pesimismo, esta en el enfoque con que se perciben las cosas. Empeñarnos en descubrir inconvenientes y dificultades nos provoca apatía y desanimo. El optimismo supone hacer ese mismo esfuerzo para encontrar soluciones, ventajas y posibilidades.  

En general, parece que las personas más optimistas tienden a tener mejor humos, a ser más perseverantes y exitosas e incluso, a tener mejor estado de salud física. De hecho, uno de los resultados más consistentes de la literatura científica, es que aquellas personas que poseen altos niveles de optimismo y esperanza, tienden a salir fortalecidos y a encontrar beneficio en situaciones traumáticas y estresantes.

Se sabe que la ansiedad y otras emociones negativas dañan el organismo, en especial los sistemas cardiovascular e inmunitario y tener un carácter optimista parece proteger contra ese efectos. Además, los estudios revelan que las personas que son optimistas respecto a su futuro, se comportan de manera distinta. Hacen más ejercicio, es menos probable que fumen y se alimentan mejor. En caso de que enfermen, son más participativas en el tratamiento.

A modo de conclusión podemos decir que la felicidad es una sensación, el optimismo es creer que algunos aspectos de tu futuro resultarán bien. La felicidad puede fluctuar mucho, pero una actitud optimista la hace más estable.

Si usted no es optimista, puede tratar de crear un registro de acontecimientos positivos. A todos nos ocurren cosas buenas, pero los pesimistas a menudo no las notan. Dedicar unos cuantos minutos todos los días a escribir por lo menos tres cosas positivas, tal vez nos ayude a esperarlas y sentirlas con más frecuencia.  

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